Secuencia didáctica de prácticas del lenguaje.


Hola chicos! Esta es la secuencia de prácticas del lenguaje. Antes de empezar, les pido que busquen lápiz, lapicera y hojas. Tengan a mano sus carpetas o cuadernos de clase ya que seguramente les servirán para resolver sus tareas.
En el área de Lengua, vamos a comenzar a trabajar con cuentos de terror.

Las historias de terror forman parte de lo que vemos, oímos y nos contamos los seres humanos de todas las épocas y de todos los lugares del mundo. Aquello que nos provoca miedo también nos provoca interés y ganas de comunicarlo. Por eso, ahora vamos a adentrarnos en este mundo a través de algunos relatos que incluyen elementos terroríficos.

Actividades



1.- Les proponemos que lean atentamente el siguiente cuento de Mercedes Pérez Sabbi,
disponible en:

http://planlectura.educ.ar/wp-content/uploads/2015/12/Hay-fantasmas-en-mi-cuarto-y-Cambio-de-figuritas-Mercedes-P%C3%A9rez-Sabbi.pdf




Hay fantasmas en mi cuarto

No sé quién apagó la luz; pero mi cuarto quedó oscuro. Debía avanzar; pero... ¿hacia
dónde? Sentía la presencia de ellos acosándome en el silencio. Sí, lo sabía, estaban
allí, en algún rincón mirándome desde arriba o al ras del piso. Un jadeo orientó mis
pasos, una risa sarcástica los desvió. ¡Auuuuuuuuuuu...!
Se alternaron los sonidos:
risas..., gemidos..., risotadas..., aullidos. Tropecé, giré velozmente. Estaban allí, lo sa-
bía. Los dedos de mis manos buscaban a tientas una porción de algo conocido: la madera lateral de mi cama, la punta redondeada de mi mesa de luz, el almohadón con
flecos, los pelos lanudos de mi muñeca. Tambaleé, mis ojos aquietados no parpa-
dearon, busqué contra lo que supuse que era la ventana cerrada, pero estaba abierta,
un aire fresco de tormenta la delató. Mi codo derecho rozó con algo: la pila de cajas
vacías de zapatos se vino abajo; ruidos pequeños, risas grandes. Apenas me detuve.
Mi pie corrió una caja y seguí paso a paso, como mi corazón. De repente, un silencio
expectante y traicionero copó el lugar: nadie reía, nadie jadeaba; pero yo sabía que
estaban ahí, ocultos, conteniendo el aire, hasta que en un instante sin medida, palpé
la forma de un rostro caliente..., un cuerpo enrollado, agitado. La luz de la lámpara del
techo y la voz de Nicolás quebraron el sortilegio:
–¡No vale Eloísa...!, espiaste. Tenés que empezar de nuevo.
Ofendida, me arranqué el pañuelo de mis ojos; una lluvia de colores brillantes se
mezcló con mi rabia y le dije:
–Sos un tramposo. Yo al cuarto oscuro no juego más.
Y mientras me alejé presurosa, los demás salieron de sus escondites para seguir-
me con sus caras de fantasmas desilusionados.

Lo sabía.


2.- Ahora, les pedimos que escriban un breve texto en el que describan los objetos, elementos, sensaciones y sonidos de terror que Eloísa va encontrando en el camino y hacen que sepa que hay fantasmas en su cuarto. Por ejemplo, cuando decimos que “un ser es extraño y aterrador”, o “que una casa era muy oscura y por ello asustaba”, estamos describiendo.


3- Leímos un cuento de terror y aprendimos acerca de sus características. Les proponemos que relean lo realizado, ya que hoy vamos a continuar trabajando.
Para contar las historias de terror, las autoras y los autores de textos literarios utilizan lo que se llama recursos, como la descripción de espacios, personajes y objetos que dan miedo o las expresiones, palabras, que sirven para transmitir este tipo de sensaciones.

a).- Les pedimos que vuelvan a leer el cuento “Hay fantasmas en mi cuarto”, incluido en las actividades de ayer.
b).- Teniendo en cuenta las descripciones del cuento, escriban ahora en un breve texto cómo se imaginan la habitación de Eloísa.
Podrían empezar así: “La habitación de Eloísa era...” También pueden dibujar dicha habitación.

c).- Las imágenes sensoriales son recursos usados en los textos y que consisten en describir con palabras sensaciones de los cinco sentidos:
la vista, el olfato, el gusto, el tacto y el oído.

d).- Busquen en el cuento una o más palabras u oraciones que sean de los siguientes sentidos para escribirlas al lado del que corresponda.
VISTA:
OÍDO:
TACTO:

e).- Recuerden alguna situación que hayan vivido en la que tuvieron sensaciones con el olfato y el gusto. Les pedimos que se animen a contarla en un breve texto que tenga la descripción de lo que las provocó.



¿Recuerdan que el leímos el cuento “Hay fantasmas en mi cuarto” y ayer estuvimos aprendiendo sobre los recursos que utilizan los autores para contar cuentos de terror? Les proponemos revisar lo realizado previamente antes de comenzar con las actividades de hoy. Cuando leemos un cuento, una de las primeras cosas que encontramos es el título, que se ubica en la parte superior del texto, en letras distintas, de mayor tamaño, y suele ser breve. ¡A veces, hasta puede tener una sola palabra! El título nos adelanta el tema de lo que vamos a leer en el cuento.

Vamos a volver al cuento de Mercedes Pérez Sabbi, “Hay fantasmas en mi cuarto”, que venimos leyendo y que se encuentra en las actividades anteriores. Este cuento pertenece al género de terror, que se caracteriza por buscar producir miedo en la lectora o el lector.



Actividades


1.- Para comenzar, les pedimos que imaginen qué otros títulos podrían ir bien con la historia de este cuento y servir para producir miedo. Luego, escriban dos títulos nuevos para el cuento siempre pensando en que es de terror. Pueden escribirlos dibujando distintos tipos de letras. A modo de ejemplo, les mostramos unos tipos de letras que se llevan bien con el género de terror.

Tengo mieeeedo Creo QUE ME ATRAPARONNN

Como pueden notar, los tipos de letras muchas veces ya nos dan indicios, pistas, del tema de lo que vamos a leer porque también buscan generarnos un efecto. Lo mismo podemos decir de la foto de la ventana con cortinas que se mueven en la noche, que acompaña al cuento de “Hay fantasmas en mi cuarto”. ¿No les hace acordar a alguna película, serie de televisión o historieta que ya hayan visto o leído?
Si tienen conexión a Internet, un ejemplo de esto se puede ver en el programa “El pantano y la luna” de la serie De Terror del canal Pakapaka, disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=iWpCJoAUtns

2.- Ahora anoten en un papel todas las palabras típicas de un cuento de terror que conozcan, desde cómo se nombran y describen a los personajes, lugares, sensaciones de miedo, todo lo que saben que se dice, describe, y cuenta en una historia de terror y con palabras que son de ese tipo de relatos.
Las películas y la literatura usan distintos recursos, además del texto, para producir efectos en nosotros. Como ocurre en “El pantano y la luna”, con el ruido del viento, esos recursos pueden ser sonoros. Por ejemplo, el sonido de pisadas, el maullido de un gato, un grito ahogado, risas agudas y siniestras, el chirrido de una puerta, las teclas de un piano desafinado; imágenes: colores oscuros, siluetas borrosas, sombras que se confunden con figuras, objetos sospechosamente vivos, casi humanos, como los muñecos, lugares siniestros, como las casas abandonadas; imágenes en movimiento: un personaje que, luego de escuchar un ruido de pisadas, sube por una escalera hacia un pasillo desierto en medio de la noche, entre otras posibilidades.



3.- Con los elementos que tengan a mano para dibujar y pintar (lápices, lapiceras, marcadores, crayones), inventen una tapa para un libro de cuentos de terror. La tapa debe tener:

-Un título de terror compuesto por palabras que sean del mismo campo semántico que el sustantivo “fantasmas”. Es decir, palabras que tengan un significado parecido, por ejemplo, espectros, terror, miedo. ¡No vale usar estas! ¡Elijan otras! Para ayudarse usen las palabras que anotaron antes. ¡Y no se olviden de utilizar un tipo de letra “de terror”, como la que ya dibujaron!

-Un dibujo de ustedes que dé miedo, como el del cuento que leyeron.

-El nombre del autor del libro de cuentos. Para inventarlo, pueden usar nombres de personajes de películas, series o cuentos de terror que conozcan y mezclarlos con nombres de familiares, amigas o amigos suyos.
Por ejemplo: Luisina Frankenstein, Manuela Chuky González, Mariana Kruger de Poltergeist. Si tuvieron la posibilidad de verlo, también pueden usar los de los personajes del programa “El pantano y la luna”.




Hemos estado leyendo y aprendiendo sobre cuentos de terror. Hoy trabajaremos sobre distintos tipos de narradores.

Cuando leemos un cuento, ¿a quién pertenece esa voz que nos relata lo que vamos leyendo?
La voz que se ocupa de contar, desde su punto de vista, los hechos de una historia es el narrador. Como solo existe en la narración, lo conocemos únicamente a través de sus palabras, que leemos para nosotras y nosotros, o que escuchamos al ser leídas por otras u otros, como ocurre con Ema en el programa de Pakapaka, “El pantano y la luna”, que les sugerimos ver si es que tienen esa posibilidad. Ella es quien nos lee el cuento pero no es su autora ni su narradora.
En el caso del cuento “Hay fantasmas en mi cuarto”, Eloísa, la protagonista, es quien narra. Lo sabemos porque vemos todo a través de sus ojos y nos cuenta los hechos de la historia usando la primera persona gramatical de los verbos. Por
ejemplo, en el cuento leemos: “Se alternaron los sonidos: risas..., gemidos..., risotadas..., aullidos. Tropecé, giré velozmente. Estaban allí, lo sabía”. Cuando, como vemos aquí, la voz que narra coincide con la del protagonista, llamamos a esa voz: narrador protagonista.
Existen otros tipos de narradores. Otro muy utilizado en los cuentos de terror es el narrador que lo conoce todo y cuenta los sucesos de la historia en tercera persona. En esos casos, no podemos ponerle un nombre. Allí lo que encontramos es un narrador omnisciente: conoce más que los personajes, puede relatar lo que otros piensan y sienten, y narra usando la tercera persona gramatical en los verbos. Justamente, es el narrador del programa “El pantano y la luna” que lee Ema.



Actividades



A continuación, les presentamos unas preguntas para que piensen y luego, sobre la base de estas, les pedimos que escriban una historia de terror.


¿Qué pasaría si contáramos una historia de terror desde la perspectiva de un monstruo o
de un fantasma? Sería un narrador protagonista como Eloísa del cuento “Hay fantasmas en mi cuarto”. ¿Qué les parece si esta vez es el fantasma de este cuento el que narra la historia? ¿Cómo empezaría a contarla? ¿Aprovecharía el momento en el que Eloísa se queda sola? ¿Qué sensaciones tendría? Piensen en los lugares por los cuales andaría, cómo se movería, qué cosas vería primero y entonces cómo cuenta que son. Y, principalmente, qué pensaría y qué haría para provocar miedo a los demás. ¿Y si siente miedo él también?





Estuvimos leyendo y aprendiendo sobre historias de terror. Ahora vamos a comenzar a trabajar con descripciones que sirven para las historias de terror, pero también nos sirven para contar distintos tipos de cuentos.


Para contar historias de terror, fantásticas, policiales o de cualquier tipo, las autoras y los autores de los cuentos y las novelas incluyen descripciones de las y los personajes, los lugares, las acciones y los objetos que aparecen en esas historias. En realidad, cada vez que contamos algo, en una tarea de la escuela o en una charla con nuestras amigas y nuestros amigos y nuestras familias, también lo hacemos. Muchas veces describimos a las personas, a los lugares y a las cosas para darnos a entender.


Actividades


1.- Ahora les presentamos la primera parte de un cuento de Graciela Montes, que incluye la descripción de su protagonista, el Bicho Raro, que es el que le da nombre al cuento. Si es que tienen conexión a Internet, pueden leer el cuento completo en http://planlectura.educ.ar/wp-content/uploads/2015/12/Bicho-raro-Graciela-Montes.pdf


Bicho Raro

El Bicho Raro apareció un día como otros días en la Plaza de la Vuelta de la Ciudad
Importante, justo a la hora en que Anastasio, como siempre, rastrillaba el arenero.
El Bicho Raro miraba con sus ojos rosados desde abajo de una hamaca. Era verdaderamente raro, raro sin chiste. Tenía una gran cabezota llena de rulos y bigotes muy lacios. Tenía un cuerpo gordo de vaca y cuatro pies diminutos, cada uno
con sus cinco dedos. Tenía ojos rosados. Tenía orejas imposibles. Tenía cola ridícula,
dientes absurdos, hocico inverosímil.
El Bicho Raro era de esos que no pueden ser pero que son, nomás, porque están
ahí parados. Anastasio se lo quedó mirando con el rastrillo en la mano. Y el Bicho Raro
también lo miró a Anastasio con ojos muy sonrosados.

2.- Relean la descripción del Bicho Raro y, prestando mucha atención a lo que dice, y dibújenlo en su cuaderno.


3.- Ahora vamos a trabajar con adivinanzas. Las adivinanzas son tipos de textos breves que también incluyen descripciones. A diferencia de lo que sucede en el cuento de Graciela Montes, en las adivinanzas se incluyen algunas características de los objetos o personas escondidos para que adivinar de qué se trata sea más difícil.

Lean las siguientes adivinanzas del libro Trabalenguas y adivinanzas de Carlos Silveyra y traten de resolverlas.


Lleva capa verde                    Una vieja                    Lucecitas de plata
y camina blanca                     con un diente              en lugares lejanos.
con muchos botones              que llama                    Nunca podré alcanzarlas      
que alguien le arranca.          a toda la gente            .           con mis dos manos.
(el choclo o el maíz)              (la campana)              (las estrellas)


4.- Ayudándose con las adivinanzas que acaban de leer, les proponemos que ahora escriban su propia adivinanza: la respuesta debe ser la sandía. Acuérdense de elegir algunas características del objeto para incluirlas y presentarlas y no decir “sandía”, para que así adivinarla no sea tan fácil. Pueden empezar, por ejemplo, con: “Es verde por fuera...”


5.- Las palabras que más se utilizan en la descripción son los adjetivos. Sirven para caracterizar a las personas, a los objetos, a los lugares porque son justamente cualidades. Se usan para decir cómo son. Por ejemplo: grande, luminoso, difícil, tímido. De la mayoría de los adjetivos puede deducirse su contrario, es decir, un adjetivo que significa lo opuesto. Dos adjetivos que significan cosas contrarias se denominan antónimos. Por ejemplo, el antónimo de “grande” es “pequeño o pequeña”, de “luminoso” es “oscuro”, de “difícil” es “fácil”. ¿Y cuál sería el de tímido?


6.- Ahora les pedimos que vuelvan al cuento “Bicho Raro” de Graciela Montes y relean el fragmento destacado para reescribirlo reemplazando por sus antónimos todos los adjetivos que conozcan.

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