Secuencia semanal práctica del lenguaje
Hola chicos! Aquí les dejo la secuencia de práctica del lenguaje. Recuerden ir mandando sus tareas a mi mail personal. Saludos, seño Caro!
Ahora vamos a leer el cuento (Los tres pelos de oro) de los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm.
Los
tres pelos de oro
Había una vez, en un
pueblo lejano, una mujer muy pobre que dio
a luz a un niño. Este vino al mundo envuelto en la tela de la suerte y con una predicción: al cumplir los catorce años, se casaría con la hija del Rey. Los padres
lo cuidaron con todo cariño, confiados
en que su hijo tenía una buena estrella.
Cierta vez, el Rey, que
realizaba un viaje por sus dominios, fue sor-prendido
por una tempestad y tuvo que pedir auxilio. Quiso el destino que arribara a la casa del niño afortunado,
ahora adolescente, donde fue recibido
con respeto. A la mañana siguiente, cuando el temporal había cesado, salió a caminar por la aldea con su
séquito. En secreto, un vecino
le contó a uno de los soldados el vaticinio, que llegó rápidamente a oídos del soberano. Alarmado por el futuro
de su hija, quiso deshacerse del
muchacho. Entonces le pidió al padre que lo enviara donde la Reina para entregarle una carta. Esta decía:
El inocente joven obedeció y se puso en camino. Al
anochecer, llegó a un bosque y,
al ver una casa, pidió que lo dejaran dormir hasta la aurora. En ella, habitaba una extraña anciana que,
cuando lo vio dormido, revisó su
chaqueta y encontró la carta. Sorprendida por el sello real, la abrió y leyó y, apiadándose del chico, la cambió por
otra en la que el Rey señalaba que el joven era el elegido para casarse
con la princesa y ordenaba que
se realizara cuanto antes el matrimonio.
El muchacho llegó finalmente al palacio, le entregó la nueva
carta a la Reina y esta cumplió
con lo pedido organizando una magnífica boda. Cuando
regresó el Rey, le recriminó su comportamiento, pero su mujer le mostró el mensaje y él advirtió que había
sido cambiado. El Rey, encolerizado,
sometió entonces al muchacho a una prueba.
—Si quieres tener a mi hija, deberás traerme tres pelos de
oro de la cabeza del diablo. —Lo haré —contestó su yerno—. No me da miedo.
Se despidió de su esposa y emprendió el viaje. A las puertas
de una gran ciudad, el centinela,
para dejarlo pasar, le pidió que resolviera un misterio:
—¿Por qué la fuente de la plaza, de la que antes brotaba
vino, se ha secado y ni
siquiera da agua?
—Lo sabrás, pero te lo diré cuando vuelva. Llegó luego a otra ciudad, donde el guardia
también le requirió la solución
a un problema:
—¿Por qué un árbol de nuestra ciudad, que antes daba
manzanas de oro, ahora ni
siquiera tiene hojas?
—Lo sabrás, pero te lo diré cuando vuelva. Por último, llegó a la orilla de un río
que debía cruzar. El barquero le
preguntó:
—¿Por qué tengo que remar de una a otra orilla, sin que
nadie me reemplace nunca?—Lo sabrás, pero te lo diré cuando vuelva. Una vez que cruzó el río, el muchacho llegó
a su destino. Solo encontró al
ama de llaves, y le explicó su misión.
—Mucho pides. Pero me das lástima, te ayudaré.
Entonces, lo transformó en hormiga y lo escondió entre los
pliegues de su falda, donde
estaría seguro.
—Además, quisiera saber tres cosas —añadió el joven—: por
qué una fuente de la que brota
vino se ha secado; un árbol de manzanas de oro no
da frutos y un barquero rema de una orilla a otra sin que nadie lo reemplace.
—Lo preguntaré. Presta atención a lo que me respondan,
cuando yo arranque los cabellos
de oro. Al anochecer, llegó el
diablo a casa, comió y bebió abundantemente. Luego,
puso la cabeza en el regazo del
ama de llaves para que lo despiojara. A los pocos minutos, se durmió.
Entonces, la vieja le arrancó un cabello
de oro.
—¡Uy! ¿Qué haces?—He
tenido un mal sueño y te he tirado de los pelos. Discúlpame
.—¿Y qué has
soñado?
—Que la fuente de una plaza de la que
brotaba vino se ha secado. ¿Por
qué será?
—¡Oh, si lo supiesen...! Hay un sapo bajo de la fuente; si
lo matan, brotará vino de nuevo. En cuanto se volvió a dormir, la vieja le
arrancó el segundo cabello.
—¡Perdón —se excusó—, ¡es que tenía una pesadilla!
—¿Y qué has soñado ahora?
—Que en un reino, un árbol de manzanas de oro ahora ni hojas
tiene. ¿A qué se debe?
—¡Ah, si lo supiesen...! En la raíz, vive una rata que lo
roe; si la matan, el árbol
volverá a dar manzanas de oro. Por
tercera vez, cuando se durmió, la vieja le arrancó un cabello de un tirón. Entonces, vociferó:
—¿Qué has soñado ahora?
—He visto un barquero que rema de una orilla
a otra, sin que nadie lo
reemplace. ¿Cómo puede librarse de esa tarea?
—¡Bah, el muy tonto! Cuando alguien le pida que lo traslade,
deberá ponerle el remo en la
mano y quedará libre. Teniendo
el ama de llaves los tres cabellos de oro y las tres respuestas, lo dejó descansar en paz. A la madrugada
sacó la hormiga del pliegue de su
falda y le devolvió su figura humana. El joven le dio las gracias y se fue muy contento. Al llegar donde estaba el
barquero, resolvió su problema:
—Al primero que quiera cruzar, debes ponerle el remo en la
mano. Recibió en recompensa una
bolsa de oro. Llegó luego a la ciudad del árbol
estéril y dijo al guarda: —Mata la rata que roe la raíz y volverá a
dar manzanas de oro. Y le
dieron más oro. A la entrada de la última ciudad, le dijo al portero el secreto:
—Hay un sapo bajo la fuente. Búscalo y mátalo, y tendrás
vino en abundancia. Otra vez le pagaron con oro. Cuando el
afortunado mozo estuvo en palacio y le entregó al Rey los tres
cabellos de oro, este dijo:
—Ya que has cumplido con la prueba, puedes quedarte con mi
hija. Pero, querido yerno, ¡veo
que tienes además un tesoro inmenso!
—Lo he recogido de la orilla opuesta del
río; allí hay oro en vez de arena
—lo engañó. El codicioso Rey quiso ir en su busca.
—En el río, hay un barquero que lo trasladará —añadió el
muchacho con picardía.
El avaro salió sin
perder tiempo y, al llegar al río, le pidió al barquero que lo cruzara. Este lo embarcó, pero antes
de llegar a la orilla opuesta, le
entregó el remo y saltó a tierra. Desde aquel día, el Rey boga eternamente en castigo por su maldad
y avaricia.
* Conversen sobre lo que les pareció el cuento. Intenten
responder con sus palabras estas preguntas:
a) El joven
protagonista es afortunado por muchos motivos. ¿Cuáles?
b) ¿Alguno
de los personajes de este cuento les causó risa o miedo? ¿Por qué?
c) Las
respuestas a las preguntas del joven estaban guardadas en secreto. ¿Por qué creen que sucedía eso?
d) ¿Creen
que el Rey debía ser castigado? Intenten justificar sus respuestas.
e) Todos
conocen las historias de Blancanieves y de la Cenicienta. ¿En qué se parecen al cuento “Los tres pelos de
oro”?
* Pensá y escribí otro final para este cuento.
“—Ya que has cumplido con la prueba, puedes quedarte con mi
hija. Pero, querido yerno, ¡veo
que tienes además un tesoro inmenso!
—Lo he recogido de la orilla opuesta del
río; allí hay oro en vez de arena
—lo engañó. El codicioso Rey quiso ir en su busca.
—En el río, hay un barquero que lo trasladará —añadió el
muchacho con picardía.
El avaro salió sin
perder tiempo y ……………………………………………………………………………………………………………
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Actividades de
escritura y oralidad
El niño de los secretos
Un roble del bosque sagrado de los celtas tiene secretos
mágicos y un niño que vive por la zona tiene la misión de descubrirlos.
1- Escriban un cuento maravilloso sobre esta
historia. Primero, planifiquen y organicen la escritura con una ficha como la
siguiente:
2- Corrijan su escrito y pásenlo en limpio. Recuerden usar
conectores temporales para organizar los hechos.
Otra aventura de Aladino
1- La historia de Aladino está llena de aventuras. Si no la
recuerdan, miren este video en el que se cuentan sus escenas más importantes:
* Inventen una nueva dificultad que deba sortear el
protagonista.
Háganlo oralmente entre todos. Uno de ustedes puede ir
anotando en el pizarrón las partes de la historia que imaginaron juntos.
En el siguiente cuadro figuran tres cuentos maravillosos
posibles. ¿Pueden reconocer cada una de sus situaciones iniciales,
complicaciones y resoluciones?
* Elijan uno de los cuentos y escríbanlo en la carpeta.
* Las situaciones iniciales, complicaciones y resoluciones,
¿se pueden combinar para construir cuentos disparatados? Comenten entre todos.
* ¡Una pequeña ayuda!
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